Tanto en mi vida personal como profesional, he encontrado muchos obstáculos y desvíos. He tomado malas decisiones con respecto a los hombres con los que he salido y a los trabajos que he aceptado que no eran adecuados para mí.
El factor subyacente en ambas situaciones es la falta de autoestima. En el fondo, no creo que me merezca una relación o una carrera satisfactoria, lo que me ha llevado a conformarme con menos y a perder de vista mis propias necesidades y deseos.
Mi pasado está marcado por una serie de relaciones insatisfactorias y trabajos que me destrozaron el alma. Cuando pienso en lo que me espera, no puedo evitar ser pesimista sobre el futuro. Aunque espero que las cosas mejoren, me cuesta quitarme la sensación de que la historia se repetirá.
En la actualidad, me encuentro sin pareja y sin un trabajo estable. Estoy en una encrucijada, aunque cada vez me parece más un callejón sin salida. La triste realidad es que yo soy la única responsable de mi situación actual.
Yo guío y navego mi propia vida
Aunque no estoy segura de lo que está por venir, estoy contenta de no haberme quedado estancada. Reconocí que lo que hacía no funcionaba.
Dejar mi trabajo corporativo en 2021 fue una buena decisión, pero todavía estoy buscando más trabajo para tener estabilidad financiera. También estoy contenta de haber terminado las cosas con la persona con la que salí entre 2018 y 2019, aunque no he encontrado a alguien similar. Si bien la parte física fue increíble, fue emocionalmente agotadora. Tengo que enfocarme en encontrar a alguien mejor.
Apenas trabajo y no salgo con nadie. Tengo que tomar las decisiones adecuadas para avanzar en la dirección correcta. Me cuesta saber adónde ir y qué hacer después.
Mi situación actual dista mucho de lo que había previsto. Nunca pensé que estaría con esos hombres o que trabajaría en esos empleos. No obstante, debo asumir la responsabilidad de mis decisiones y de los resultados que me han traído.
Donde estoy hoy es el resultado de innumerables decisiones. Que fueran buenas o malas no es vital porque no puedo alterar el pasado. Lo único que puedo hacer es determinar mis próximos pasos.
Es una pena que no haya nadie que pueda guiarme hasta mi destino ni decirme la mejor manera de llegar a él; me ha costado aceptarlo. Si estoy perdida y solo cuento conmigo misma para guiarme, ¿acaso no seguiré perdida para siempre? Mi mente está nublada y no encuentro el camino.
¿Y si empiezo a caminar sin un destino concreto? Quizá no tenga que decidirlo enseguida. Quizá pueda elegir mi camino a medida que avanzo. Cualquier dirección que elija puede ser la correcta.
Quizás mi brújula interna sea más fiable de lo que creía.
Algo que me enseñó mi mentora
Mientras trabajaba en mi proyecto de tesis en la escuela de arte, decidí experimentar con la fotografía y el collage en lugar de mi medio habitual de tinta sobre papel. Sin embargo, mi trabajo tomó un giro más oscuro. Mis autorretratos exponían mis inseguridades y mis miedos más profundos. Me sentí incómoda y perdida, ya que no era mi intención original para el proyecto.
Durante una reunión con mi directora de tesis, le conté que me sentía perdida. Me había dado cuenta de que ya no quería seguir creando autorretratos inquietantes, pero no sabía qué hacer y esperaba que pudiera orientarme.
Me dijo algo que nunca olvidaré. Me explicó que no estaba perdida, sino que yo misma me había conducido por ese camino. Me recordó que, puesto que había sido yo quien me había conducido hasta allí, era yo quien podía encontrar la salida.
Creo que lo que quiso decir era que confiara en mis instintos. Mi instinto me había impulsado a hacer esas fotos y ahora me decía que siguiera un camino diferente. Me dijo que la única forma de superar mi confusión era volver a confiar en mi instinto y desde entonces esa idea sigue teniendo validez para mí.
Llegué a este momento, sin trabajo ni pareja, porque reconocí que mis trabajos y relaciones anteriores no me satisfacían. Aunque no sé lo que vendrá después, quedarme en el pasado no era la mejor opción.
Voy a empezar a caminar, confiando en que cogeré velocidad y que llegaré a mi destino. Mi instinto me dice que esperar a tener una idea clara de adónde me dirijo me llevaría mucho tiempo y posiblemente sería inútil. Tal vez conoceré mi destino una vez que lo haya alcanzado, y quizás haya varias formas de hacerlo.
He llegado hasta aquí por mi cuenta y seguiré teniendo fe en mí misma durante el resto de mi travesía. La única guía que tengo es mi brújula interna y solo yo puedo descubrir mi destino.
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