una persona caminando sola en un paisaje nevado

NO TODOS LOS QUE VAGAN ESTÁN PERDIDOS: Cómo encontrar tu camino tras una pérdida toma tiempo

Oh, si tan sólo supiéramos antes lo que sabemos ahora, lo distinto que serían nuestras vidas. Retiro lo dicho. Si tan sólo hubiéramos tenido la compasión por nosotros mismos que tenemos ahora, hubiéramos podido ver que nuestro obstáculo también nos preparaba para la grandeza. Pero como dicen, la visión en retrospectiva es 20/20.

Cuando tenía 23 años mi pareja se suicidó, dejándome embarazada de cuatro meses de mi primer hijo. No tenía idea de cómo iba a cuidar a mi recién nacida mientras vivía en una tormenta emocional por su partida y mis constantes preguntas existenciales.

¿Cuál era el propósito de la vida? ¿Qué pasa después de la muerte? ¿Mi pareja seguía siendo él o era algo extraño ahora?

Mi luto era tan fuerte, y mi mente rehén de las interminables preguntas sobre la existencia, que todas las demás áreas de mi vida sufrieron. Y no por un par de meses, ¡sino por años! Ser una madre primeriza fue difícil. Ser madre soltera, aún más difícil. Pero ser una madre primeriza, soltera y afligida hizo que algunos días fueran imposibles. Ya no tenía dirección, porque no podía imaginar una nueva vida.

¿Qué me pasaba? ¿Qué me faltaba? ¿Por qué no podía simplemente ‘entenderlo’ y sentirme mejor?’’ Me pregunté mientras miraba los techos transitorios bajo los que dormía.

Me sentía defectuosa.

Insuficiente.

Avergonzada..

De hecho, estaba profundamente avergonzada. Me avergonzaba mi falta de "éxito” o lo que pensaba que era el éxito en ese momento. Y me sentía inútil porque no tenía nada que presumir excepto un dormitorio que compartía con mi hija y un trabajo de salario mínimo.

Eres una madre soltera, con ayuda del gobierno, un desastre que nunca irá más allá de unos pocos peldaños por la escalera de un trabajo sin salida. Y no olvides que tienes una hija que depende enteramente de ti. Ah y cuando tengas algo de tiempo libre, asegúrate de seguir leyendo sobre metafísica, de lo contrario siempre estarás perdida. Esta era la narrativa que pasaba por mi cabeza día tras día. Y creía que era cierto. Lo creía tanto, que lo acepté como verdadero.

Recordando ese momento de mi vida, lo que encuentro que es otra tragedia fue la forma en que me traté a mí misma. ¿Cómo no sufrir? Había perdido al padre de mi hija. ¿Cómo no sería confusa e inestable mi vida? Una tragedia acababa de destrozarla. ¿Y cómo no presionarme a mí misma por tener todas las respuestas, cuando solo el tiempo podía darme esa claridad?  

Un enfoque más lento


NOT ALL WHO WANDER ARE LOST How finding our way after loss takes time1

Y así es como muchos de nosotros nos tratamos después de una pérdida. Nuestras vidas se desmoronan mientras vemos que el mundo de alguna manera sigue dando vueltas a nuestro alrededor, sin preocuparse por nuestras necesidades. Pero si ese no es el momento de reducir la velocidad y mostrarnos compasión, ¿entonces cuándo?

La sociedad le da un alto valor a la producción y yo caí en esa trampa, al igual que muchos de nosotros. Pero todo lo que hizo esa trampa fue añadir a mi ya insuperable dolor y pobre autoimagen, cuando lo que debía hacer era amarme a mí misma y a mi hija.

No fue hasta que comencé a adoptar un enfoque diferente que las cosas finalmente comenzaron a cambiar para mí.

Un enfoque más lento. 

Un enfoque que no viene de las expectativas, sino de un lugar de empatía por lo que me había pasado y un cambio en el enfoque de lo que está “después de esto” y “ahí afuera” y lo que está pasando “aquí dentro”.

¿Quién quería ser? ¿Cómo era mi vida ideal? ¿Con qué tipo de personas quería compartirla? ¿Y qué quería compartir con el mundo?

Por primera vez en años, sentí que visto el horizonte. Una vida nueva me esperaba. No era la vida que había conocido y mi pareja no sería parte de ella. Pero había algo por lo que valía la pena luchar, si tan sólo pudiera ser lo suficientemente valiente como para perseguirlo. Porque si podía soñarlo, podía lograrlo.

Cuanto más me centraba en esa vida y en la persona que quería ser, más me daba cuenta de lo venenosa que era la narrativa que había escuchado por tanto tiempo. Deconstruir todo un sistema de creencias no fue una hazaña pequeña. Requirió mucha disciplina para evitar volver a caer en mis viejas formas de pensar. Pero era la única forma en que podía hacer el viaje desde donde estaba hasta donde quería estar. Y así, cuanto más me aferraba al proceso de registro continuo, haciendo las preguntas correctas y acunando pacientemente esa visión, más me acercaba.

Fue entonces que mi definición del éxito cambió.

Mientras veía mi vida cambiar para bien, porque yo había cambiado para bien, empecé a sentir gratitud por todos esos años. El período de gestación por el que había estado pasando y los dolores de parto que había sentido no me habían convertido en un fracaso. Más bien, me habían demostrado que la única cosa que no había hecho era ver que había estado pasando por un momento de profunda transformación y reconocer lo que más tarde sería el pilar de mis futuros esfuerzos y éxito.

Haciendo descubrimientos


NOT ALL WHO WANDER ARE LOST How finding our way after loss takes time2

Fue entonces cuando me di cuenta de que nunca me perdí. Simplemente había estado haciendo descubrimientos.

Descubrimientos sobre mí misma.

Descubrimientos sobre quién era frente a la adversidad, quién era como madre y en quién quería convertirme. Esos años de dificultades sólo me habían ayudado a ver el regalo que me hizo, pues, yo. Y ese era un regalo que sólo se podía desenvolver y apreciarse con el tiempo.

In the words of Henry David Thoreau, not all who wander are lost. For more often than not, the path to figuring out where we are going isn’t one lined with flowers, but a gruelling one leading us through the trenches.

Así que, para aquellos que se sienten perdidos y solos, anímense. Son los momentos más difíciles los que nos marcan, pero todas las pruebas son temporales y pasan. Tal vez toman más tiempo del que nos gustaría y tal vez no los entendemos. Pero eso no significa que haya algo mal con nosotros. La vida es un viaje sagrado de vagar y descubrir y encontrar nuestro camino, especialmente después de una pérdida, y esto lleva tiempo.

«LECTURA RELACIONADA» LIVE A SLOW LIFE: It’s OK to slow down in a fast-paced world»


imagen 1 Waldrebell de Pixabay 2 imágenes de Gerd Altmann de Pixabay 3 imágenes de Joshua Woroniecki de Pixabay 

  1. Thanks for sharing your experience. It sounds like quite a struggle you’ve lived through, and you have had the right approach – embracing transformation is a beautiful (though at times challenging) thing to go through. Realizing the transformation that happens is like watching a seed grow into a full big flower!

  2. my first husband and current beloved “family member of choice” died suddenly the day after this was posted. thank you for spelling out your process and providing some context and respite. i’m just at the beginning.

    1. Hi Lisa,

      I’m so sorry to hear! That is really, really rough. I’m so happy that this article has helped you a little, I know how it is to feel lost and bewildered and that is why I enjoy helping others through writing so much. Not to sound all “promotion like” but if you’d like to read more material, you can head over to my website http://www.DanielleGermain.com and subscribe. I send out monthly newsletters with content focused on bereavement and spirituality that you may find helpful, and offer some other stuff on there as well. Hope you have a great holiday season and my thoughts and prayers are with you and your family ❤️

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *