Esta mañana me fui a nadar con mi perro. Simplemente me puse un bañador y unos pantalones cortos, cogí la toalla y salí de casa. Vivo al lado del mar, así que no necesito más que lo que lleve puesto. Da igual cuánto tiempo pase nadando, estoy en casa en un momento. Ay, se me han olvidado las gafas de bucear. Tendré que nadar sin ellas.
Cuando llegué a la playa no había ni una sola persona, así que se convirtió en una playa privada. Mi perro, Look Look (significa «revolcarse» en cantonés), corrió muy feliz hacia la arena con su pelota de tenis favorita entre los dientes. Me tomé mi tiempo en bajar las escaleras y quitarme los pantalones y cuando pasé por al lado de Look Look tiré la pelota al agua y ¡a nadar!
Una mañana así es una mañana de verano normal, lo hacemos mínimo dos veces al mes en las estaciones cálidas.
Siempre hay alguien que dice: «Tu vida parece muy tranquila» y mentalmente siempre respondo: «La tuya también podría serlo». Primero que todo hay que cambiar la manera de pensar. Respecto a tu fuente de ingresos, a cómo te ven los demás, a tus valores sociales y tu opinión respecto al dinero.
Estamos hechos para estar en grupos. Tenemos familia, parientes, amigos y compañeros de clase; después compañeros de trabajo, la sociedad, la cultura y las nacionalidades, somos humanos. La mayoría de la gente se presentarían definiéndose con alguna de las palabras de estas listas, no es común presentarse definiéndose como «humanos».
Pero cuando le cuentas a la gente quién eres, ¿te has parado alguna vez a pensar quién eres, hacerte la misma pregunta?
¿Quién soy?
Cuando me mudé a una isla apartada, lejos de la vida urbana de la ciudad, viviendo sola, mis amigos suelen hacerme dos preguntas: «¿Por qué te independizas para vivir sola?» y «¿Por qué la isla de Peng Chau?».
No me independicé porque no tuviera espacio físico suficiente en casa de mis padres. Era el espacio en mi corazón el que necesitaba expandirse. También había perdido la motivación en mi vida, necesitaba recuperarla. Quería crecer pero no para ser una persona que se pueda responsabilizar de las cosas de diario, sino para reflexionar sobre mi identidad mientras se va acercando la edad adulta.
Quién soy no consiste en determinar mi identidad como artista. Durante el último medio año me he dado cuenta de que eso era lo más fácil de determinar. Hong Kong es un sitio en el que no se comprende mucho el arte (lo digo como un hecho, no como menoscabo) y puedo considerarme artista sin que se me cuestione. Con lo que tengo que tratar es con las cuestiones que me hago yo.
¿Ser persistente significa que tengo que decir que no a trabajos que no me gustan? ¿Si acepto esos trabajos estoy volviendo a lo mismo? Si digo que no, ¿cuánto dinero voy a ganar al mes? ¿Cuando esté libre debería buscar cosas que hacer? Si no las busco, ¿soy vaga?, ¿no ganaré dinero ese mes?
Como ves, 9 de cada 10 preguntas están relacionadas con el dinero. Este es el asunto que perdura toda la vida en el que tengo que trabajar.
Me he leído un libro titulado I Am So Not a Loser. Trata de un chico de veintitantos que vive en los suburbios de Tokio, Japón. Se centra en que trabaja dos días y se relaja los otros cinco de la semana. Hay mucha información muy útil y también habla de cómo ve él su propio estilo de vida. Me hace replantearme mi vida a mí también.
Según cuenta, se gasta una media de 2,70 dólares americanos al día en las tres comidas que consume. Yo apenas me gasto lo mismo en comida. Aunque yo empecé a probar el método del ayuno intermitente 16/8 en invierno y, pese a que ya no los sigo a rajatabla, no suelo desayunar. Solo lo hago cuando estoy por ahí con amigos.
Al igual que el autor consumo muchas verduras, por lo que el dinero que me gasto en comida es mucho menos que el que se gasta una persona que consume carne. Mis habilidades como cocinera están avanzando a base de experimentos. Estoy orgullosa de ser capaz de hacerme platos deliciosos y diferentes.
Tiempo contra dinero
El autor también menciona que tiene aficiones que no requieren dinero, como pasear, pasar tiempo en la naturaleza o leer. Esto es lo que responde a la pregunta «¿Por qué la isla de Peng Chau?».
Peng Chau es muy parecida a los pueblos en los que he crecido, pero es mucho más práctica porque tiene tiendas y restaurantes a los que se puede llegar andando. No hay coches en toda la isla, así que las calles y los caminos son tranquilos. Además, es asequible, así que puedo tener un espacio decente en el que vivir.
Hay gente que me pregunta por qué no alquilo con mi hermano, que también vive en la isla. Todos los que tenemos hermanos sabemos que si hay alguna oportunidad de dejarlos atrás, la aprovechamos. Creo que la mayoría no estaría satisfecho con tener habitación propia, preferirían tener todo el apartamento.
Quiero cambiar cosas en mi vida. No voy a volver a vivir con mis familiares, quiero tener mi mundo. A todos los que piensan que sería más fácil si tuviera menos alquiler que pagar, mi respuesta es que deberías tener la suficiente seguridad como para al menos poder pagar tu propio alquiler.
La isla de Peng Chau no tiene ocio nocturno. Todo se va apagando poco a poco a partir de las seis de la tarde. Los paseos simples por la montaña son una característica distintiva de la isla, y Look Look y yo disfrutamos de ellos todas las mañanas en invierno. En verano podemos bañarnos cuando queramos. La puesta de sol es preciosa. En los días de lluvia me siento en mi balcón y miro cómo cae la lluvia. ¡También he aprendido a disfrutar de las estaciones lluviosas! Todas estas actividades son gratis y relajan mucho.
En el libro que he mencionado antes, el autor dice que no tiene mucho dinero, pero tiempo... tiene de sobra. Es una gran inspiración: no tiene mucho dinero, pero tiene tiempo de más. ¿Para qué gastarlo en preocuparse del dinero?
Normalmente relacionamos abundancia con dinero, pero si el tiempo es dinero, entonces soy muy rica. La ley de atracción dice que si pones la atención en lo que no tienes, no vas a conseguir atraer abundancia. Si pones la atención en lo que has perdido no vas a ver las oportunidades de tener abundancia cuando aparezcan.
Este es el motivo por el que añadí otra línea a mi lista de cosas por las que estar agradecida en la que apuntar las abundancias que vengan en mi vida. Espero poner agradecimiento y abundancia en mis sueños y construir una vida de prosperidad.
Despertar como nuevo estilo de vida
Creo que una vida tranquila consiste en aceptar lo que tienes y el hecho de que tienes que enfrentarte a ti mismo en los momentos de silencio. También pasa por aceptar los cambios, algo que no siempre es de color de rosa.
Esta vida tranquila también implica hacer deberes. No solo escribo en mi diario, también uso muchas herramientas para suavizar emociones y hacer frente a los retos. En todos estos ejercicios he tenido que pasar por muchos caminos desagradables.
Pero pasito a pasito espero poder construir una vida que solo se preocupe del ahora. Algunos denominan esto «despertar». Tengo que decir que estoy más «despierta» que antes, y da una sensación de prosperidad fuerte.
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