mandala - art of compassion

ARTE DE LA COMPASIÓN: El arte sagrado de los mandalas de arena

Last updated: marzo 14th, 2019

Los mandalas de arena tibetanos son una antigua forma de arte del budismo tibetano. Mandala es una palabra sánscrita que significa “cosmograma” o “mundo en armonía”.

En tibetano, este arte sagrado se llama dul-tson-kyil-khor que significa “mandala de polvos coloreados”. El mandala de arena se construye cuidadosamente a partir de partículas de arena teñidas para representar las particulares tradiciones esotéricas y textuales del budismo. Es una forma de arte pasajero que se cree tuvo origen en la India, y en la Edad Media se transfirió al Tíbet. El mandala de arena se construye como un medio para generar compasión, para darse cuenta de la impermanencia de la realidad, y como una curación social / cósmica del medio ambiente.

Importancia del mandala

En el budismo tibetano, un mandala es un palacio imaginario que se contempla durante la meditación. Cada objeto en el palacio tiene significado y representa algún aspecto de la sabiduría o recuerda al meditador algún principio rector. Diferentes textos bíblicos prescriben la forma, apariencia y colores del mandala. Existen muchos y variados mandalas; cada uno de ellos enseña una lección diferente y da su propia bendición. La mayoría de los mandalas contienen una serie de deidades que son arquetipos simbólicos del paisaje de la mente.

En general, todos los mandalas tienen un significado externo, interno y secreto. En el nivel exterior, representan al mundo en su forma divina. En el nivel interno, representan un mapa por el cual la mente humana común se transforma en la mente iluminada; y en el nivel secreto, predicen el equilibrio originalmente perfecto de las sutiles energías del cuerpo y la clara dimensión de luz de la mente. Se dice que la creación de una pintura de arena tiene efectos sobre la purificación y la curación en estos tres niveles.

Cada sistema tántrico tiene su propio mandala, y por lo tanto cada mandala simboliza un enfoque existencial y espiritual. Por ejemplo, el del Señor Avalokiteshvara simboliza la compasión como foco central de la experiencia espiritual; el del Señor Manjushri, la sabiduría; y el de Vajrapani, enfatiza la necesidad de valor y fuerza en la búsqueda del conocimiento sagrado. Los mandalas de la medicina del Buda se crean para generar poderes de curación.

Cómo funciona

Entre las artes tibetanas, la pintura con arena coloreada se considera una de las más singulares y exquisitas. Millones de granos de arena coloreados se colocan minuciosamente sobre una plataforma plana durante varios días, formando un intrincado diagrama de la mente iluminada y del mundo ideal. El material más comúnmente utilizado en la creación de dul-tson-kyil-khor es la tierra de arena coloreada obtenida de la piedra. Otros materiales populares son flores en polvo, hierbas o granos. En tiempos antiguos, también se usaba el polvo de piedras preciosas y semipreciosas, por ejemplo, el lapislázuli se utilizaba para los azules, los rubíes para los rojos y así sucesivamente. Una vez el mandala terminado, y para simbolizar la impermanencia de todo lo que existe, las arenas coloreadas son cepilladas y vertidas en un río o arroyo cercano, cuyas aguas llevan energía curativa por todo el mundo.

La creación de un mandala de arena comienza con una ceremonia de apertura. Los monjes consagran el sitio e invocan a las fuerzas de la bondad, cantando mantras junto con el acompañamiento de flautas, tambores y platillos. La construcción del mandala comienza con el dibujo del diseño sobre la base, o tek-pu. Los artistas miden y dibujan las líneas arquitectónicas utilizando una regla de bordes rectos, un compás y una pluma de tinta. El mandala es un patrón geométrico formal que muestra el plano de una mansión sagrada. En los días posteriores al dibujo del diagrama, se pueden ver millones de granos de arena coloreados meticulosamente colocados en su lugar. La arena, coloreada con tinturas vegetales o témpera opaca se vierte sobre la plataforma del mandala con un estrecho embudo metálico llamado“chakpur”. El embudo se raspa con una varilla de metal causando así una vibración que permite a los granos de arena salir por el extremo del embudo. Se dice que los dos chakpurs simbolizan la unión de la sabiduría y la compasión. Los mandalas se crean cada vez que se siente la necesidad de curar al medio ambiente y a los seres vivos. Los monjes consideran que en nuestra era actual hay una gran necesidad de mandalas; por lo tanto, los crean donde se solicite durante sus giras mundiales. Una vez el mandala terminado, y para simbolizar la impermanencia de todo lo que existe, las arenas coloreadas son cepilladas y vertidas en un río o arroyo cercano, cuyas aguas llevan energía curativa por todo el mundo.

El mandala de la compasión

Chenrezig (en sánscrito: Avalokiteshvara) es el Bodhisattva de la Compasión. Un bodhisattva es un ser iluminado que ha decidido retrasar su conversión en un buda plenamente iluminado, y que ha prometido vivir una vida de compasión espiritual por el bien de todos los seres. Con el mantra Om mani padme hum (Salve a la joya en el loto), intenta incansablemente liberar a todos los seres del sufrimiento. Aparece en muchas y diferentes formas para ayudar a los seres que sufren.

Los tibetanos creen que toda persona cuyo corazón es conmovido por el amor y la compasión, que actúa profunda y sinceramente en beneficio de los demás, sin preocuparse por la fama, las ganancias, la posición social o el reconocimiento expresa la actividad de Chenrezig. El amor y la compasión son los verdaderos signos que revelan la presencia de Chenrezig.

La compasión es considerada por muchos como la práctica religiosa más importante. Para los budistas tibetanos, la compasión significa la sensibilidad al sufrimiento de los demás y el intento de aliviar ese sufrimiento. Es la comprensión de que nosotros (seres humanos, animales y la Tierra misma) estamos interconectados. El Buda es un ejemplo de compasión ya que enseñó a los seres humanos el camino a la libertad.

El mandala de Avalokiteshvara

Avalokiteshvara, o Chenrezig como se le conoce en tibetano, es la deidad budista que personifica el ideal de compasión. Puede ser retratado en varias formas diferentes; dos de las más populares son deidades blancas con ya sea cuatro o 1000 brazos. Los brazos adicionales simbolizan la capacidad de ayudar a muchos seres simultáneamente.

El mandala puede ser descrito como la residencia de las respectivas deidades y sus séquitos. El mandala de arena de Avalokiteshvara se originó a partir de las enseñanzas tántricas del Señor Buda Shakyamuni. Aunque se representa en una superficie plana, el mandala es en realidad tridimensional, una “mansión divina” en el centro de la cual reside Avalokiteshvara rodeado por las deidades de su séquito.

Cada aspecto del mandala significa algo, nada es arbitrario o superfluo.

Las cuatro paredes exteriores de la mansión esta compuestas de cinco capas transparentes: blanco, amarillo, rojo, verde y azul, y representan la fe, el esfuerzo, la memoria, la meditación y la sabiduría (estos cinco colores también representan los cinco dakinis). Las cuatro puertas, cada una de ellas en el centro de una pared, representan los Cuatro Pensamientos Inconmensurables: amor, compasión, alegría y ecuanimidad y estas están decoradas con preciosas joyas. La flor de loto la cual se encuentra en el centro del mandala representa a la familia de los lotos, una de las familias de Buda que corresponde a los cinco componentes psicofísicos de un ser humano, que purifican específicos estados impuros de la mente. La familia de los lotos purifica la pasión hasta el discernimiento de la conciencia.

Avalokiteshvara, la deidad de mil brazos y mil ojos, se encuentra de pie, en el centro de la flor de loto, sobre un disco lunar blanco. En las cuatro direcciones, su séquito se sienta sobre discos blancos de luna llena. Las deidades surgen en unidad desde la sabiduría del vacío para bendecir a la deidad principal, Avalokiteshvara. Sentado sobre el pétalo rojo oriental está Akshobhya, el aspecto purificado del odio en forma de deidad azul. Sobre el pétalo amarillo del sur está Rathasambhava, el aspecto purificado de la miseria en forma de deidad amarilla . Del mismo modo, la parte purificada de la ignorancia y de los celos está representada, respectivamente, por la deidad blanca Vaivochana sobre el pétalo occidental, y la deidad verde Amogasiddhi sobre el pétalo norte. La deidad central Avaloketishvara representa la libertad de apego. Los cuatro colores en las cuatro direcciones emanan rayos de luz de las cuatro deidades del séquito. El loto mismo simboliza la mente de la renuncia. Para proteger la residencia de estados negativos, se la rodea por una cerca Vajra, que también simboliza la enseñanza continua de la Vajrayana (Enseñanza Tántrica) por el señor Avalokiteshvara. La parte más externa está rodeado de llamas ardientes que irradian luz intensa no sólo para protección, sino también para quemar o liberarse del engaño y la oscuridad de la ignorancia.

El mandala muestra un método para traer paz y armonía a nuestro mundo a través de prácticas genuinas de la mente (Gran Compasión, Sabiduría del Vacío) y a través de meditaciones de mandala con sus respectivas deidades. Podemos generar estas cualidades y lograr un cambio positivo en el mundo. Los practicantes que meditan en el Tantra de Avalokiteshvara deben familiarizarse con cada detalle del mandala y de las deidades dentro de él, repitiendo ejercicios basados en la visualización de seres puros y de un entorno puro, que simbolizan su propio ser y entorno en forma purificada y sublime.

Tales ejercicios, llevados a cabo dentro del marco budista básico de desarrollo de la sabiduría y la compasión, producen una profunda transformación de la psique. Sólo la visualización del mandala creará una impresión positiva en la corriente mental del observador, quien por un momento estará en contacto con el profundo potencial de iluminación perfecta que existe en la mente de todos los seres.

Al final de la ceremonia ritual, el mandala se desmonta sistemáticamente y el polvo de arena del mandala es arrojado a un río o mar limpio como recordatorio de la impermanencia del mundo. También sirve para enriquecer el suelo y los recursos minerales y para eliminar la muerte prematura, las enfermedades, la hambruna.

Dedicamos los méritos generados en la preparación del mandala y sus rituales a la paz mundial y la verdadera felicidad de todos los seres conscientes. ¡Que la paz prevalezca en la Tierra!

por los monjes tibetanos del monasterio Drepung Gomang

Imagen de Marty-arts de Pixabay

  1. Mandala is not just an art. So true. It symbolizes the Buddhist culture. It tells people that, inner peace is the only peace you need to see if you are searching for peace and prosperity. Some Famous Mandalas like Kalachakra Mandalas symbolizes the purity of the art of Buddhism and also show Tibetan Art history. These Mandalas need to be explored and this article has contributed a lot. So great 

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